Mi conversación con el Dalai Lama
Raghavan Iyer – EE. UU
[Impreso en el folleto: LONDRES, ESTE Y OESTE, conferencia dada en Londres, 1961.]
Le debo advertir desde el principio que propongo hablarle a usted esta tarde no como expresidente de la Unión de Oxford, ni como un Oxford Don. Quiero abdicar de ese papel y hablarle a usted como un buscador y un peregrino, porque esa fue la forma en la cual fui al Dalai lama. Esto es la única justificación de mi tentativa de explicarle lo que me dijo durante esa entrevista memorable que graciosamente me concedió en marzo pasado, exactamente un año después de su exilio del Tíbet en la India. Siento que debo compartir con usted mis recuerdos de lo que me dijo, en particular su punto de vista desde su profundo sentimiento sobre este país. Él consideró Inglaterra como una fuerza para el bien en el mundo de hoy, como desempeñar el papel más único en el Oeste. Dijo que Londres era el centro espiritual y ético de Europa y cuando le pregunté si esto significó que muchas almas sabias habían comenzado a entrar en encarnación en este país, asintió. También declaró que hasta el Gobierno en este país era más consciente de la posición de Tíbet que quizás cualquier otro país del Oeste. Siento, por lo tanto, que debería decir a un auditorio comprensivo de esta clase, tan fielmente como lo puedo recordar, lo que el Dalai Lama me dijo en respuesta a varias preguntas.