El Conocimiento Viene en Visiones
H. P. Blavatsky
Obras Completas13:285 [un fragmento póstumamente publicado en The Theosophist de 31 de marzo de 1910: 685 y atribuido a HPB]
El conocimiento nos viene en visiones, primero en sueños y luego en imágenes presentadas al guía interior durante la meditación. De este modo se me ha enseñado todo el sistema de la evolución, las leyes del ser y todo lo que conozco — los misterios de la vida y la muerte, el funcionamiento del karma. Ni una sola palabra de todo esto se me dijo en la forma habitual, excepto, tal vez, para confirmarme lo que ya se me había dado así, y nada a través de la escritura. El conocimiento así obtenido es tan claro, tan convincente, tan indeleble por la impresión que deja en la mente, que todas las otras fuentes de información, todos los otros métodos de enseñanza con los que estamos familiarizados devienen insignificantes en comparación con este. Una de las razones por las que dudo, antes de responder de forma improvisada a algunas preguntas que me hacen, es la dificultad para expresar, con un lenguaje suficientemente preciso, cosas que se me han mostrado en imágenes y que he comprendido por medio de la Razón pura, como diría Kant.
Ellos tienen un método sintético de enseñar: primero se da un resumen general, luego una idea del método de trabajo, posteriormente se exponen los amplios principios y nociones, y finalmente se empieza a revelar los puntos más detalladamente.
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Nací en 1875 y sigo fuerte, saludable y me siento en lo mejor de la vida. Mi cuerpo está al cuidado de un grupo leal de guardianes y amigos; mi pasado y presente fue y es ricamente cumplido, y mi futuro está asegurado por la presencia de los Maestros, quienes inspiraron mi nacimiento y hacia quienes sigo inclinándome en reverencia.
Además de las dos definiciones clásicas de la palabra "Teosofía": la absoluta y la relativa, me parece que esta cuestión indica un sentido práctico. La primera definición se refiere a la teosofía como la realidad viva, el objetivo último de cada individuo: una transformación de la conciencia, y la segunda se refiere a las enseñanzas teosóficas: el conocimiento a veces denominado Sabiduría Antigua. En el primer objetivo de la ST de 1875, se hace hincapié en el conocimiento, pero cuando los objetivos se desarrollaron en tres, en 1896, el primero añadió una gran importancia tanto a la fraternidad de los hombres como a los derechos humanos: “sin distinción de raza, credo, sexo, casta o color.” Aunque promulgado hace mucho tiempo, era ya un concepto adelantado para la época y cobra ahora una importancia extraordinaria en la situación mundial actual.
Desde su inicio, la Sociedad Teosófica ha estado activamente comprometida en la divulgación de la filosofía esotérica. Este conocimiento se transmitió al público principalmente por medio de conferencias informativas y material escrito, un método que funcionó bastante bien en el pasado. Hoy, sin embargo, no estamos llegando al público de una manera eficaz. Las causas de esta deficiencia son complejas, pero incluyen el hecho que, durante los últimos cuarenta años más o menos, nuestra cultura ha cambiado en dos aspectos importantes.
A la pregunta ¿Cómo podemos hacer de la Teosofía una fuerza viva en nuestro mundo?, podríamos responder de forma sencilla que ello es sólo posible desde nuestra propia vivencia de la Teosofía. Pero la comprensión de esto requiere una profunda reflexión y, tal reflexión, es apenas posible transmitirla en unas pocas líneas, aunque, lo intentaremos.