1. ¿Cómo se llama, de dónde es y desde cuando es usted miembro de la ST?
Michele Sender, soy de la zona de Chicago y miembro de la ST desde 2006. Poco después, con mis 3 hijos, me mudé a los alrededores de la Sede Nacional de la ST de América, en Wheaton, Illinois, y comencé a trabajar como voluntaria en la recepción. Durante los siguientes 7 años, trabajé en los Departamentos de Información y del Voluntariado; a tiempo parcial en la Biblioteca, en la Sección de nuevos miembros y en la Librería; y en mi tarea favorita – la de cocinar con amor en la Cocina Olcott.
2. ¿Está usted activa en su Rama/Sección? y de ser así, ¿qué hace?
Yo fui la primera presidenta de la recién formada Wheaton Olcott Branch, coordinando un grupo de estudio que se había formado y había ido creciendo unos años antes de mi entrada. Me gustó tener la oportunidad de guiar el estudio de un programa bien elaborado y ya establecido antes de mi llegada. El proceso de liderar un debate me permitía estudiar a un nivel más profundo de compromiso, pudiendo así preparar el contexto del trabajo de la tarde. Hicimos algunos talleres con éxito y comenzamos un programa de meditación basado en la página web – Dzyan Theosophy. Soy maestra de profesión, por lo que la organización era algo natural, pero el proceso de estudio y el modo de establecer todas las conexiones que hice durante el estudio fueron absolutamente fascinantes para mí. Y ahora, desde enero de 2016, formo parte de la Rama de Ojai Valley, aquí en California.
3. ¿Cómo descubrió usted la Teosofía o cómo entró en contacto con la Sociedad?
Suelo decir que tropecé y fui a dar con la Teosofía. En 2005, había ingresado en el grupo Co-masónico que se reunía en los locales de la STA, y poco a poco comencé a investigar sobre la Teosofía y la ST. Mi compromiso con la Co-masonería era la parte activa de mi trabajo Teosófico. Había una conexión clara y un entramado entre el estudio, la meditación y el servicio, que constituyen mis objetivos de práctica.
4. ¿Qué significa la Teosofía para usted?
No llegué a la Teosofía a través de ningún tipo de formación académica – en aquel momento sabía muy poco sobre las religiones, filosofía o ciencia comparadas. Mi formación realmente versaba sobre el Movimiento de la Nueva Era, que me hizo avanzar hasta cierto punto, pero después comencé a buscar explicaciones más profundas a las circunstancias de la vida. Cuando ingresé en la Sociedad, era una madre trabajadora con 3 hijos. Cuando comencé a estudiar, meditar e incorporar el servicio en la vida, en seguida me di cuenta de que los requisitos habituales de ese trabajo no encajaban con mi ajetreada vida familiar y realmente estaban creando más caos. Empecé, pues, a mirar las cosas desde mi punto de vista, desde mi formación y desde mi lugar en la vida en aquel momento. Mi estudio se convirtió en un estudio de relaciones entre lo superior y lo inferior, lo interior y lo exterior, lo espiritual y lo mundano. Estudié cómo interactuaba yo en el mundo, en el trabajo, en la Masonería, con mis hijos, todo bajo la luz de la Teosofía como un poder vivo. En lugar de una meditación sentada, mi práctica se convirtió en lo que yo llamo ‘meditación en movimiento’ – el ser consciente de mis acciones, pensamientos y sentimientos a medida que se iban presentando durante el día. Después me concentraba en mis deberes como madre - doblar la ropa, fregar los platos, recoger a los niños en la escuela; un constante ir y venir, entrando y saliendo de la toma de conciencia – todo eso se convirtió en mi meditación diaria. El servicio, - siempre bromeo con que tenía la opción de alimentar a los sin techo o alimentar a mis hijos; en ese momento, no podía hacer las dos cosas y ¡elegí a mis hijos! Mi servicio consistió entonces en hacerles crecer como seres conscientes, seres pensantes conscientes de cada decisión que tomaban y de la perspectiva más amplia que se generaba a su alrededor. Los guié lo mejor que supe, tomando decisiones difíciles, con autoridad y siendo consecuente con lo que decía aunque no fuera fácil. También utilizaba el tiempo de ir y volver a la escuela para enviar bendiciones a todos los estudiantes. Esos eran mis pequeños servicios a los jóvenes humanos.
5. ¿Cuál es su libro Teosófico favorito y por qué?
Mi autor preferido sería Rohit Mehta, y el primer libro suyo que leí fue “Buscad el Sendero”. Mi vida se encontraba en medio de una gran tormenta y los dos primeros capítulos me aportaron una claridad inmediata a la situación que vivía y también simplicidad y precisión para la perspectiva más amplia desde la que tenía que basar mis decisiones para los años posteriores. Ha seguido siendo una inspiración para mí hasta el día de hoy para todas esas mini-tormentas que necesariamente surgen.
6. ¿Cuál es en su opinión el mayor desafío al que se enfrenta la ST en estos momentos?
La recuperación y la diseminación de la Teosofía, para sus estudiantes, como un poder vivo en la vida cotidiana.
7. ¿Hay algo que desee para el futuro del Movimiento Teosófico?
Me gustaría que cada uno de nosotros tuviera fe en las enseñanzas y en la inspiración de los maestros. Que encontráramos la fuerza, la sabiduría y el valor para seguir adelante cada día a pesar de lo que parecen ser constantes fracasos o temores; que viéramos la importancia y el valor que tiene el tratar de trabajar juntos con amor, con apoyo y ánimo a pesar de nuestras diferencias.
Nota del editor:
Las opiniones y las ideas expresadas en las mini-entrevistas pertenecen exclusivamente a quienes se está entrevistando. No representan necesariamente las ideas y opiniones de los compiladores de Theosophy Forward. Las respuestas de los entrevistados no se corrigen en su contenido. Algunos colaboradores dan respuestas cortas a las preguntas mientras que otros desarrollan el tema de forma más elaborada.
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