Dos meditaciones por Joy Mills
ME OFREZCO AL SERVICIO DEL MUNDO
Nací en 1875 y sigo fuerte, saludable y me siento en lo mejor de la vida. Mi cuerpo está al cuidado de un grupo leal de guardianes y amigos; mi pasado y presente fue y es ricamente cumplido, y mi futuro está asegurado por la presencia de los Maestros, quienes inspiraron mi nacimiento y hacia quienes sigo inclinándome en reverencia.
Me ofrezco --- corazón, cabeza y mano --- al servicio del mundo.
Soy la Sociedad Teosófica.
En mi corazón están los Maestros de Sabiduría, derramando incesantemente Su amor sobre toda la humanidad por cualesquier canal que Ellos encuentren merecedor de hacerlo; aquí en mi corazón también está el amor de mis amigos, trabajadores, cuya vigilancia y lealtad sostienen mi fuerza y mi coraje.
Dentro de mi mente están las invalorables enseñanzas de la Sabiduría Divina ---esa Eterna Teosofía que me ha dado su nombre, y mi consciencia abarca toda comprensión en amorosa compasión y sabiduría iluminada, esencia de la Verdad.
Mis miembros, (más de treinta mil esparcidos en el mundo) son mis manos y mis pies; si no fuera por ellos estaría imposibilitada y sería inservible. Sus vidas están guiadas por servicio inegoísta y son los que hacen la transformación del mundo con su esfuerzo sublime.
Además de las dos definiciones clásicas de la palabra "Teosofía": la absoluta y la relativa, me parece que esta cuestión indica un sentido práctico. La primera definición se refiere a la teosofía como la realidad viva, el objetivo último de cada individuo: una transformación de la conciencia, y la segunda se refiere a las enseñanzas teosóficas: el conocimiento a veces denominado Sabiduría Antigua. En el primer objetivo de la ST de 1875, se hace hincapié en el conocimiento, pero cuando los objetivos se desarrollaron en tres, en 1896, el primero añadió una gran importancia tanto a la fraternidad de los hombres como a los derechos humanos: “sin distinción de raza, credo, sexo, casta o color.” Aunque promulgado hace mucho tiempo, era ya un concepto adelantado para la época y cobra ahora una importancia extraordinaria en la situación mundial actual.
Desde su inicio, la Sociedad Teosófica ha estado activamente comprometida en la divulgación de la filosofía esotérica. Este conocimiento se transmitió al público principalmente por medio de conferencias informativas y material escrito, un método que funcionó bastante bien en el pasado. Hoy, sin embargo, no estamos llegando al público de una manera eficaz. Las causas de esta deficiencia son complejas, pero incluyen el hecho que, durante los últimos cuarenta años más o menos, nuestra cultura ha cambiado en dos aspectos importantes.
A la pregunta ¿Cómo podemos hacer de la Teosofía una fuerza viva en nuestro mundo?, podríamos responder de forma sencilla que ello es sólo posible desde nuestra propia vivencia de la Teosofía. Pero la comprensión de esto requiere una profunda reflexión y, tal reflexión, es apenas posible transmitirla en unas pocas líneas, aunque, lo intentaremos.
La primera necesidad para obtener conocimiento de sí mismo es hacerse profundamente consciente de la ignorancia; sentir con cada fibra del corazón que uno está incesantemente auto-engañado.